Desechos tóxicos

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Los desechos tóxicos son un tipo de residuos peligrosos que pueden causar efectos nocivos sobre la salud de los seres humanos y otras especies de animales. En general, provienen del sector industrial y sus efectos nocivos puedes abarcar desde el deterioro de la superficie terrestre hasta influir en la cadena alimenticia.

Una característica importante de los desechos tóxicos, es que pueden acelerar la proliferación de las bacterias, y una vez liberados al medio ambiente pueden alcanzar distancias muy lejanas a las del origen de emisión, a través de las corrientes marinas, o arrastradas por el aire. La particularidad de este tipo de residuos es que tarda varios años en biodegradarse y desaparecer.

Los desechos tóxicos se clasifican de la siguiente manera: Desechos detergentes, Dioxinas, Fenoles, Fluoruros, Hidrocarburos y Mercurio.
Suelen ser derivados de la construcción, laboratorios, hospitales, sistemas sépticos, talleres de vehículos, agricultura, manufactura y otras industrias. Los materiales tóxicos pueden estar creados por el hombre o pueden ocurrir naturalmente en el ambiente.

Contacto con los desechos tóxicos

El desecho tóxico debe ser manejado con cuidado. Es por eso que muchas ciudades en el mundo tienen regulaciones al interactuar con los mismos. Los desechos tóxicos deben ser eliminados en instalaciones designadas para este propósito.

Los desechos tóxicos se han vuelto más abundantes desde la Revolución Industrial. Adicionalmente, la mayoría de los avances tecnológicos contienen componentes químicos tóxicos.

Eliminación de los desechos

La mejor manera de reducir los efectos de los desechos tóxicos en los humanos y en el ambiente sería eliminar su producción. Las toxinas pueden reducirse substituyéndolas por alternativas que no contaminen.

Implementar procesos eficientes de producción y el correcto mantenimiento de las maquinas también reduce las toxinas. Adicionalmente, los metales pesados se pueden reciclar.

La biorremediación también es una buena opción. En este proceso, se añaden organismos vivos a los desechos para degradarlos orgánicamente, transformar los contaminantes o reducirlos a niveles seguros.

Dependiendo del tipo, algunos desechos se pueden depositar en vertederos especiales para ser incinerados. Estos vertederos podrían recubrirse de arcilla o plástico; los desechos podrían ser encapsulados en concreto.