Una epidemia se produce cuando una enfermedad contagiosa se propaga rápidamente en una población determinada, afectando simultáneamente a un gran número de personas durante un periodo de tiempo concreto. Si el brote afecta a regiones geográficas extensas (por ejemplo, varios continentes) se cataloga como pandemia; tal es el caso del VIH. En caso de propagación descontrolada, una epidemia puede colapsar un sistema de salud, como ocurrió en 2014 con el brote de Ébola en África occidental.
Estas enfermedades pueden aparecer en zonas donde no existían, por ejemplo debido a la debilidad del sistema de salud y de las campañas de vacunación; tal fue el caso, en 2017 y 2018, de las epidemias de difteria en Yemen y entre los refugiados rohingyas llegados a Bangladesh desde Myanmar. También pueden desarrollarse brotes epidémicos a partir de enfermedades endémicas: estas últimas persisten de una forma continuada o episódica en una zona determinada. La malaria, el Chagas o el dengue son ejemplos de endemias en zonas muy concretas del planeta.
Algunos ejemplos de brotes de epidemias son:
El cólera
El cólera se propaga fundamentalmente a través del consumo de agua contaminada por excrementos. La tasa de mortalidad en casos graves no tratados es del 50 por ciento. En pacientes con tratamiento, esta tasa disminuye a un uno por ciento.
El período de incubación es de 1-12 días, y los casos graves requieren hospitalización. Las personas afectadas menos gravemente pueden recibir un tratamiento ambulatorio de rehidratación. Sólo el 10 por ciento de las personas infectadas presenta síntomas.
Los factores clave para controlar esta enfermedad son asegurar el abastecimiento de agua potable y una higiene rigurosa (lavado de manos y eliminación de material sucio).
Las salas abarrotadas de personas no plantean un peligro para el personal ni los pacientes si se observan las prácticas de higiene adecuadas. No es necesario observar períodos de cuarentena. En situaciones de emergencia, la vacunación es improcedente.
El dengue
El dengue o fiebre quebrantahuesos y la fiebre hemorrágica del dengue son enfermedades transmitidas por un mosquito de actividad diurna. El dengue raramente es mortal. Sin embargo, en las personas que padecen la variedad hemorrágica y no reciben tratamiento, la tasa de mortalidad puede alcanzar un 40 a 50 por ciento. Con atención hospitalaria y un tratamiento rápido, esta tasa puede reducirse a menos de un cinco por ciento.
No existe vacuna o tratamiento específico. Las medidas para evitar epidemias abarcan la destrucción de mosquitos y la eliminación de los lugares donde se reproducen, así como la aplicación de sustancias repelentes por parte de las personas expuestas.
Además del sufrimiento humano que provoca la enfermedad, los brotes de estas causan reacciones de pánico, desorganizan la estructura social y económica y pueden dificultar el desarrollo de las comunidades afectadas. Las reacciones de pánico injustificadas de otros países pueden dar lugar a restricciones de los viajes desde los países en que se haya declarado el brote, o a limitaciones de las importaciones de ciertos alimentos.
Ébola y Marburgvirus
Ébola y Marburgvirus son dos enfermedades virales distintas, con síntomas similares. Ambas se caracterizan por una tasa de mortalidad alta (hasta el 90 por ciento en la fiebre Ébola) y por ser extremadamente contagiosas. Se transmiten por contacto a través de todos los fluidos y órganos del cuerpo, la utilización de agujas y jeringas contaminadas, y aerosoles.
Para evitar la contaminación de las personas que participan en la asistencia a los pacientes, deben adoptarse medidas de precaución extraordinarias. Se desconocen los reservorios u origen de los dos virus.
Paludismo o malaria
El paludismo o malaria se transmite por picadura del mosquito Anopheles, activo desde el atardecer al amanecer.
En las regiones en donde esta enfermedad es endémica, la población local posee cierto grado de inmunidad. Las personas que afrontan un mayor riesgo son las que proceden de áreas libres de paludismo, como desplazados internos o refugiados. Para protegerlas, puede proporcionárseles una dosis semanal de un medicamento antipalúdico. Existen cuatro tipos de paludismo. El causado por Plasmodium falciparum puede ocasionar rápidamente la muerte y debe tratase con inmediatez.
El paludismo se trata con medicamentos administrados por vía oral. Las medidas de control incluyen la fumigación, el relleno o drenaje de lugares con aguas estancadas en donde pueden reproducirse los mosquitos, la fumigación de viviendas y dormitorios y la utilización de mosquiteros. Tanto la cuarentena como la inmunizacion de los contactos son innecesarias. Cuando la cobertura de inmunización es inferior al 90 por ciento, el riesgo de aparición de brotes es importante.
El sarampión
El sarampión es una enfermedad víral altamente contagiosa cuya tasa de mortalidad puede ser muy elevada, especialmente entre niños y en poblaciones desnutridas.
Un programa de vacunación inmediato e integral en la fase inicial de un brote puede contribuir a limitar la propagación de esta enfermedad. Si las reservas de vacunas son limitadas, debe inmunizarse prioritariamente a niños desnutridos y hospitalizados, y en segundo lugar a niños entre seis meses y dos años de edad. El almacenamiento de la vacuna requiere una cadena de frío que funcione adecuadamente. El aislamiento o la cuarentena no tienen sentido desde el punto de vista práctico.
La meningitis meningocócica
La meningitis meningocócica es una enfermedad bacteriana aguda. Se presenta en brotes epidémicos separados por intervalos de tiempo irregulares y de duración desconocida. Afecta principalmente a niños y adultos jóvenes, en especial a los que viven en condiciones de hacinamiento.
Esta enfermedad se transmite por contacto directo con secreciones nasales y de la faringe. Las personas infectadas deben aislarse de las demás, y otras personas con las que han estado en contacto deben someterse a una estrecha vigilancia médica.
Es esencial administrar un tratamiento rápido con penicilina o ampicilina. Las campañas de inmunización de emergencia son razonablemente eficaces.
La fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad viral mortal, de rápida propagación, transmitida por un mosquito. Se presenta únicamente en algunas partes de Africa y America del Sur. Es una enfermedad transmisible.
Las medidas para controlar una epidemia deben incluir la vacunación en gran escala de las personas en riesgo; el examen y la fumigación de las habitaciones de los pacientes y las salas hospitalarias para evitar la presencia de mosquitos; la eliminación de todos los lugares en que potencialmente puedan reproducirse los mosquitos o la aplicación de larvicidas en dichos lugares; y la fumigación de todas las viviendas de la comunidad con insecticidas. La vacunación proporciona inmunidad durante 10 años.
VIH/SIDA
El VIH/SIDA (virus de la inmunodeficiencia humana/síndrome de la inmunodeficiencia adquirida) se cobrará más vidas en esta década que el conjunto de las guerras y los desastres de los últimos 50 años. Desde que se declaró la epidemia del SIDA, han muerto 25 millones de personas. Actualmente viven con el VIH y el SIDA más de 40 millones de personas. Sólo en 2001 se infectaron en todo el mundo 5 millones de personas.
Las enfermedades epidémicas no son nuevas, pero lo que distingue al VIH/SIDA es su repercusión negativa sin precedentes sobre el desarrollo económico y social de los países. Todos, ricos y pobres, jóvenes y ancianos, se ven afectados por la epidemia, pero los habitantes de los países en desarrollo, y en particular las mujeres jóvenes, son más vulnerables. La mayoría de las víctimas son adultos en sus mejores años, como padres y trabajadores.
La tuberculosis
La tuberculosis (TB) es una infección bacteriana causada por un gérmen llamado Mycobacterium tuberculosis. La bacteria suele atacar los pulmones, pero puede también dañar otras partes del cuerpo. La TB se disemina a través del aire, cuando una persona con TB pulmonar tose, estornuda o habla. Si ha estado expuesto debería consultar a un médico para someterse a los exámenes. Hay más probabilidades de que usted se contagie con TB si tiene un sistema inmunitario debilitado.
Los síntomas de la TB pulmonar pueden incluir:
- Tos severa que dure tres semanas o más
- Bajar de peso
- Toser y escupir sangre o mucosidad
- Debilidad o fatiga
- Fiebre y escalofríos
- Sudores nocturnos
Si no se trata adecuadamente, la TB puede ser mortal. Por lo general la TB activa puede curarse con varios medicamentos durante un período largo de tiempo. Las personas con TB latente pueden tomar medicamentos para no desarrollar TB activa
Fuentes:
https://medlineplus.gov/spanish/tuberculosis.html
https://www.msf.es/conocenos/cuando-intervenimos/epidemias
https://www.who.int/topics/cholera/impact/es/
http://www.t13.cl/noticia/mundo/bbc/fiebre-amarilla-brasil-posibilidades-convierta-en-epidemia
Roberto Real de León Julia Vargas Rubio Marco Antonio Flores Enríquez
Estudio de Arqué Poética y Visualística Prospectiva
Departamento de Investigación y Conocimiento del Diseño